martes, 8 de noviembre de 2011

La muerte de Socrátes.(Segun Platón)

Según presenta Platón la muerte que tuvo Socrates fue bastante trágica.Una muerte que plantea, por tanto, un problema entre la relación del individuo mismo con la sociedad, con su propia existencia, con la justicia, con las leyes.
Aproximadamente en el año 399, tres ciudadanos le acusan de tres delitos: corromper a la juventud, no respetar a los determinados dioses antiguos de la ciudad, introducir nuevas divinidades.
Cabe decir que estos procesos considerados de impiedad, los cuales implicaban de forma extrema y directa una culpa ante la propia patria, los padres, los fallecidos… y algo más importante, los dioses, habían sido relativamente frecuentes hacía ya algunos años en Atenas.
Es preciso reseñar que la religión griega era, propiamente, una religión que no tenía ni poseía una determinada clase sacerdotal que la administrara. No obstante, esa acusación de impiedad no parece ser un argumento que mayormente justificase la condena.
A pesar de este hecho, la votación contra Sócrates no fue en un primer momento numerosa, aunque fue, sin embargo, condenado tristemente a muerte. El juicio tuvo lugar en el Ágora ante 500 ciudadanos mayores de 30 años, seleccionados al azar entre todos aquellos que voluntariamente se presentaron a oficiar de jueces.
En el caso de Sócrates no disponemos de la presentación de la acusación pero, gracias, como ya se ha dicho, a Platón , conocemos los argumentos presentados por Sócrates en su “defensa”. Se limitó, según éstos, a demoler la acusación mostrando todas sus inconsistencias y se burlo de todos aquellos que querian que desapareciera.
Si bien el asesinato fue triste, lo es aún mucho más los datos de la tan citada votación: 280 de los 500 jurados votaron por su culpabilidad, quedándose a 31 votos de la inocencia (necesitaba 251, es decir, más de la mitad de votos a favor de su inocencia). Sócrates, en vez de intentar obtener una condena más leve, tomó la decisión de seguir sus principios férreamente e insistió en que los hombres de Atenas admitan su equivocación.Nadie queria a Socrátes deseaban cuanto antes su muerte. Pero debido a su orgullo era menos importante salvar su vida que acatar la muerte, por lo que este murió.
Entre los muchos rasgos que Platón destaca de este filósofo, en tres diálogos que exponen con extraordinaria belleza sus tristes últimos momentos (el Fedón, la Apología y el Critón)
Según presenta Platón la muerte que tuvo Socrates fue bastante trágica.Una muerte que plantea, por tanto, un problema entre la relación del individuo mismo con la sociedad, con su propia existencia, con la justicia, con las leyes.
Aproximadamente en el año 399, tres ciudadanos le acusan de tres delitos: corromper a la juventud, no respetar a los determinados dioses antiguos de la ciudad, introducir nuevas divinidades.
Cabe decir que estos procesos considerados de impiedad, los cuales implicaban de forma extrema y directa una culpa ante la propia patria, los padres, los fallecidos… y algo más importante, los dioses, habían sido relativamente frecuentes hacía ya algunos años en Atenas.
Es preciso reseñar que la religión griega era, propiamente, una religión que no tenía ni poseía una determinada clase sacerdotal que la administrara. No obstante, esa acusación de impiedad no parece ser un argumento que mayormente justificase la condena.
A pesar de este hecho, la votación contra Sócrates no fue en un primer momento numerosa, aunque fue, sin embargo, condenado tristemente a muerte. El juicio tuvo lugar en el Ágora ante 500 ciudadanos mayores de 30 años, seleccionados al azar entre todos aquellos que voluntariamente se presentaron a oficiar de jueces.
En el caso de Sócrates no disponemos de la presentación de la acusación pero, gracias, como ya se ha dicho, a Platón , conocemos los argumentos presentados por Sócrates en su “defensa”. Se limitó, según éstos, a demoler la acusación mostrando todas sus inconsistencias y se burlo de todos aquellos que querian que desapareciera.
Si bien el asesinato fue triste, lo es aún mucho más los datos de la tan citada votación: 280 de los 500 jurados votaron por su culpabilidad, quedándose a 31 votos de la inocencia (necesitaba 251, es decir, más de la mitad de votos a favor de su inocencia). Sócrates, en vez de intentar obtener una condena más leve, tomó la decisión de seguir sus principios férreamente e insistió en que los hombres de Atenas admitan su equivocación.
Entre los muchos rasgos que Platón destaca de este filósofo, en tres diálogos que exponen con extraordinaria belleza sus tristes últimos momentos (el Fedón, la Apología y el Critón), éste resalta su negativa a huir, pues para Sócrates era menos importante salvar su vida que acatar las leyes.

1 comentario:

  1. Lucía deberías cuidar más las entradas y no cometer los errores que presentas, hay algún problema de redacción y sobrre todo repites el contenido de la entrada. Revisa antes de publicar. La intención es buena.

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